Bally A-Z
Descubre nuestro alfabeto ilustrado en honor a esas inesperadas anécdotas e historias únicas que llevan dando forma a los códigos de la marca y nuestro ADN, desde 1851, hasta la fecha.
Descubre nuestro alfabeto ilustrado en honor a esas historias únicas que llevan dando forma a los códigos de la marca desde 1851 hasta la fecha.



























Bally A-Z
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Letra 1 de 27
«A» de «The Art of Living Well» («El arte de vivir bien»)
Como marca de lujo suiza que somos, sabemos que la calidad de vida y la calidad artesanal van de la mano. En Helvetia, nuestro reloj interno funciona a una velocidad ligeramente diferente al resto del mundo, tanto a orillas del río Limmat, en Zúrich, como en lo alto de la cima del Matterhorn, en los Alpes suizos, a 4478 metros de altura. Para nosotros, la vida es sinónimo de riqueza, bienestar y los ritmo sutil del entorno natural.

Letra 2 de 27
«B» de «Bally Haus»
En pleno centro de Milán, más concretamente, en la esquina entre Via Montenapoleone y Via Manzoni, se encuentra Bally Haus, donde convergen arte, diseño y naturaleza. El concepto de la tienda de tres pisos encarna el legado de la artesanía y el diseño de Bally, concebido por la firma de arquitectura con sede en Londres Casper Mueller Kneer. Inspirada en las formas geométricas abstractas del artista suizo Paul Klee, la intimidad de una cabaña suiza y el estilo clásico de un apartamento milanés, entre otras cosas, Bally Haus representa algo más que un destino de diseño y facilita el diálogo cultural, los eventos y el intercambio.

Letra 3 de 27
«C» de «Carl Franz & Cecyle»
Como cualquier historia profunda, la de Bally se inicia con un acto de amor. El fundador de la empresa, Carl Franz Bally, estaba en París por negocios, cuando pasó por una tienda en la que se vendían botas con cordones y cierres innovadores. Inspirado por la nueva tecnología, quiso sorprender a su esposa Cecyle Rychner con un regalo, así que compró 12 pares de diferentes tallas, con la esperanza de que uno de ellos le valiera. Y así fue. Lo que hizo con el resto de las botas fue colocarlas en el escaparate de la fábrica de lazos y cintas elásticas de la familia, en Schönenwerd. Dos años más tarde, en 1851, Carl Franz se pasó al negocio de la fabricación de zapatos.

Letra 4 de 27
«D» de «Details» («Detalles»)
A pesar de su aspecto discreto, cada uno de los pares de Bally oculta su propia profundidad, una historia de confeccióna artesanal, calidad, cuidado y atención a los detalles: basta observar la suela de nuestro zapato Scribe para hombre, con su llamativo corte geométrico en una esquina del tacón, o esas estéticas líneas de aire más deportivo que añade el motivo Bally Wing a las zapatillas deportivas de estilo retro. Nuestros toques finales están diseñados con gran precisión, muchos de ellos en Italia o Suiza y, a menudo, inspirados en modelos de archivo y confeccionados de forma artesanal para garantizar su longevidad.

Letra 5 de 27
«E» de «An Eye for the Essential» («Atención puesta en lo esencial»)
Nos sentimos orgullosos de nuestro origen suizo, combinado con una mentalidad global, y de la continua influencia del profundo aprecio por la arquitectura y el diseño modernos que caracteriza a nuestro país. Cuna de famosos arquitectos, como Le Corbusier y Andrée Putman, o prestigiosos artistas visuales, como Bernard Villemot (todos ellos colaboradores de Bally), valoramos la funcionalidad optimizada, los materiales orgánicos y las formas sencillas, porque nada realza más la belleza de un diseño que un corte depurado o una línea nítida.

Letra 6 de 27
«F» de «Fashion Meets Function» («La combinación entre moda y funcionalidad»)
Bally es sinónimo de moda y funcionalidad. Con este principio en mente, creamos diseños que combinan estilo y utilidad, como el inconfundible taco Bally en forma de Y, que aparece en nuestras tradicionales botas de senderismo. Después de haber renovado y adaptado este sello de la marca a los cánones modernos, ahora se utiliza tanto en nuestras zapatillas deportivas con suela de goma como en los elegantes zapatos de salón de piel. Bally es sinónimo de calzado funcional, tanto para atravesar las calles de la ciudad como para alzarse a las más altas cumbres, siempre con un toque distinguido y elegante.

Letra 7 de 27
«G» de «Grace» («Gracia»)
La mujer Bally se mueve con ligereza y elegancia: este es el mantra tras la confección de nuestras colecciones para mujer, presentes y pasadas. Cada día, luce detalles atemporales y sugerentes, como la emblemática hebilla Janelle, inspirada en el estilo de los años 1960, que adorna nuestras babuchas más vendidas, o el cierre en forma de ojo de cerradura Cecyle, que lleva el nombre de la matriarca fundadora de Bally. Nuestros diseños rezuman elegancia en sus fuertes y radiantes formas.

Letra 8 de 27
«H» de «Handwerkskunst»
Solemos referirnos a la herencia artesanal de Bally, que se remonta al año 1851, con el término alemán «Handwerkskunst», un proceso de fabricación y diseño que se traduce, de forma continua, en toda una gama de productos de calidad, elaborados con arte, excelencia y destreza. Cada diseño, que combina técnicas de fabricación innovadoras y tradición práctica, ya sea el de nuestras zapatillas de piel artesanales como las Kuba de Bally o el de la llamativa banda bicolor roja y blanca Bally Stripe, cuenta la historia de su procedencia, que se remonta a nuestra fábrica del cantón suizo de Tesino.

Letra 9 de 27
«I» de «Illustration» («Ilustración»)
Nuestro archivo de Schönenwerd alberga más de 1000 carteles de Bally ilustrados desde 1910, obras gráficas coloridas que capturan el ambiente y el espíritu de su época. Estas singulares composiciones, creadas por artistas de renombre, como Emil Cardinaux, Werner Bischoff o Bernard Villemot, destacan nuestros innumerables estilos de zapatos y el espíritu libre de nuestros clientes. Los carteles de Bally, que son una muestra del profundo aprecio de la marca por las artes gráficas y el diseño suizos, han podido verse en todo el mundo, en la forma de publicidad en tiendas Bally, o en espacios públicos.

Letra 10 de 27
«J» de «Journey» («Viaje»)
Nuestros orígenes están firmemente arraigados en los Alpes suizos, pero la emoción de los viajes se ha transmitido a todos los aspectos de nuestra marca, aunque siempre con sutileza. Es la fuerza motriz de Bally: ese trascendental primer ascenso del monte Everest por Sir Edmund Hillary y Tenzing Norgay (este último con unas botas de reno Bally), en 1953, o el regreso a lugares emblemáticos de Suiza e inspiraciones para campañas y colecciones pasadas. El descubrimiento es siempre una parte integral de nuestra hoja de ruta para el futuro.

Letra 11 de 27
«K» de «Know-How» («Conocimientos»)
A principios del siglo XX, nuestro fundador, Carl Franz, dio trabajo a miles de personas y construyó instalaciones educativas y recreativas, además de viviendas, que transformaron la ciudad suiza de Schönenwerd. Tenía una visión muy sencilla: difundir el conocimiento a toda la comunidad local, integrando la vida laboral y el bienestar. Hoy en día, este principio continúa siendo nuestra piedra angular y está cosido al propio tejido de Bally, desde la suela hasta el cordón de cada zapato.

Letra 12 de 27
«L» de «Longevity» («Longevidad»)
Bally ofrece el lujo de la sencillez para los tiempos que corren, con diseños básicos que se caracterizan por su estética atemporal y siempre actual. Desde 1851, sabemos que el estilo perdurable sobrevive a cualquier moda. Por eso, nuestras colecciones, ya sea la línea Cecyle de Bally o nuestras zapatillas Galaxy de inspiración retro, evolucionan y mejoran en cada temporada y están diseñadas para ofrecer durabilidad y confeccionadas para durar.

Letra 13 de 27
«L» también de «Leather Architects» («Arquitectos de la piel»)
Somos arquitectos de la piel, expertos en la creación de diseños sencillos y en el uso de los mejores y más refinados materiales. Nuestros artesanos sintetizan décadas de conocimiento y destreza, trabajando siempre con las mejores pieles y anteponiendo la calidad a todo lo demás. La piel, con sus diferentes texturas y tacto único, define el carácter de nuestros versátiles modelos, al igual que las precisas técnicas que se utilizan en su confección.

Letra 14 de 27
«M» de «Mountains» («Montañas»)
Desde las laderas nevadas del Matterhorn hasta la cima del Everest, la montaña es la segunda piel de Bally. Impulsados por nuestra irrefrenable pasión por el descubrimiento, hemos reinventado el calzado para diferentes generaciones de amantes del alpinismo y del montañismo que adoran ese toque de autenticidad e inspiración técnica de nuestras líneas. En la búsqueda de nuevas alturas, la vertiginosa altitud nos ayuda a mantenernos anclados en tierra.

Letra 15 de 27
«N» de «Nods to Nature» («Guiños a la naturaleza»)
Nuestra reverencia por la naturaleza tiene su origen en nuestras raíces alpinas. Nos conecta con algo más profundo, algo que nos ayuda a ver más allá de los matices o tendencias de cada temporada. Nuestros diseños se inspiran aún más en lo natural, incorporando en todo momento la magia del exterior a nuestros diseños. Como parte de nuestro compromiso con la responsabilidad medioambiental, organizamos batidas de limpieza en el Everest, firmamos el Fashion Pact mundial y nos adherimos a los pilares rectores de nuestra Hoja de Ruta para la Sostenibilidad.

Letra 16 de 27
«O» de «Olympians» («Olímpicos»)
Bally ha acompañado a los deportistas olímpicos en su carrera por el oro, comenzando con nuestro debut en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1948, en St. Moritz, donde presentamos las botas de esquí Rominger. Estos diseños duraderos, con cordones interiores de corsé, correas de piel en los tobillos y suelas de goma, se alzaron a lo más alto del podio en las competiciones de descenso femenino, eslalon femenino y eslalon masculino. Posteriormente, en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1956, en Cortina d 'Ampezzo, equipamos al equipo olímpico suizo con nuestra bota de curling resistente al agua, uno de los actuales modelos favoritos y de culto de Bally.

Letra 17 de 27
«P» de «Bally Peak Outlook» («Peak Outlook de Bally»)
La larga vinculación de Bally con la montaña va desde el patrocinio de varias expediciones suizas, a principios del siglo XX, hasta la creación de las emblemáticas botas Reindeer, que utilizó Tenzing Norgay en la primera ascensión al monte Everest, con Sir Edmund Hillary, en 1953. En 2019 Bally dio a conocer la iniciativa Bally Peak Outlook y regresó al Everest para llevar a cabo una batida de limpieza crucial del trecho que separa el campamento base de la cumbre, durante la que se recogieron dos toneladas de basura. En 2020, Bally creó la fundación Bally Peak Outlook, con el propósito global de salvaguardar los frágiles entornos de montaña.

Letra 18 de 27
«Q» de «Quality» («Calidad»)
No hay nada que hable más alto y claro por sí solo que la calidad, el auténtico hilo conductor de Bally. Nuestros zapatos, bolsos y complementos, confeccionados con ingeniería e innovación suizas, así como con procesos de producción consagrados en el tiempo, son los cimientos del trabajo de sastrería sobre los que se debe construir cada estilo. Estos estilos duraderos se caracterizan por su versatilidad en todo tipo de ocasiones; son unas piezas de inversión excelentes, que continuarán dando frutos durante décadas.

Letra 19 de 27
«R» de «Resilience» («Resiliencia»)
Un espíritu tenaz fue el que llevó a Suiza a lograr una legendaria victoria de tenis, en 1991, cuando el tenista profesional Jakob «Kuba» Hlasek se adjudicó el título individual en el ATP World Tour, calzado con unas Bally. Hlasek logró derrotar a John McEnroe en el torneo de Basilea, después de haber sido vencido por el estadounidense en la final del Grand Prix de Lyon de 1989, en la que partía como máximo favorito. También se hizo con el título de dobles masculinos de Roland Garros, en 1992, con su compañero Marc Rosset. En la actualidad, estas zapatillas deportivas de estilo Grand Slam, llamadas Kuba de Bally, se llevan sobre todo fuera de la cancha e incluyen componentes artesanales, pero, inspiradas en su nombre, son unas zapatillas centradas y diseñadas con un propósito.

Letra 20 de 27
«S» de «Scribe» («Scribe»)
Max Bally, nieto del fundador Carl Franz, creó la colección Bally Scribe, en 1951, para celebrar el centenario de la marca. Bally Scribe, símbolo de calidad y sofisticación, toma su nombre del Hotel Scribe de París, toda una institución cultural, por cuyos salones pasaron grandes mentes creativas, como el novelista Marcel Proust; Sergei Diaghilev, del Ballet Russes; el escritor Ernest Hemingway o el fotógrafo Cartier-Bresson. La colección Scribe Novo, que supone la reinvención de la Bally Scribe con una forma contemporánea, está confeccionada a mano en Suiza, mediante el uso de 240 técnicas artesanales, y continúa siendo uno de nuestros estilos básicos para hombre.

Letra 21 de 27
«T» de «The Thrill of Discovery» («La emoción del descubrimiento»)
Max Bally, nieto del fundador Carl Franz, creó la colección Bally Scribe, en 1951, para celebrar el centenario de la marca. Bally Scribe, símbolo de calidad y sofisticación, toma su nombre del Hotel Scribe de París, toda una institución cultural, por cuyos salones pasaron grandes mentes creativas, como el novelista Marcel Proust; Sergei Diaghilev, del Ballet Russes; el escritor Ernest Hemingway o el fotógrafo Cartier-Bresson. La colección Scribe Novo, que supone la reinvención de la Bally Scribe con una forma contemporánea, está confeccionada a mano en Suiza, mediante el uso de 240 técnicas artesanales, y continúa siendo uno de nuestros estilos básicos para hombre.

Letra 22 de 27
«U» de «Unexpected» («Inesperado»)
Un sutil toque de color. Una silueta perfectamente estilizada. Compartimentos interiores diseñados con precisión. No nos preocupan los detalles; no le tenemos miedo a la creatividad, ni a ser diferentes. Esta sutil confianza está presente en todas las facetas de nuestro proceso creativo, del que nace una estética distintiva, con toques inesperados, en la que convergen el arte, el diseño y la naturaleza.

Letra 23 de 27
«V» de «The Value of Consistency» («El valor de la consistencia»)
Muchas cosas han cambiado en el mundo que nos rodea desde que comenzamos a hacer zapatos, en 1851, tras una idea repentina (véase la letra «C»). A pesar de los vaivenes de la historia, la apasionada actitud de Bally hacia el diseño se ha mantenido inmutablemente constante, respaldada por un legado artesanal arraigado en Suiza. Nuestro compromiso con la calidad y la longevidad nos lleva a fusionar procesos probados e innovación, mantener la relevancia de nuestras colecciones y trascender los tiempos modernos a lo largo de décadas.

Letra 24 de 27
«W» de «World» («Mundo»)
Nuestro origen es suizo, pero nos sentimos como en casa en el mundo. Poco tiempo después de nuestro nacimiento, nos expandimos más allá de la frontera de Suiza, internacionalizándonos al asentarnos en la capital uruguaya de Montevideo, en 1873, y ser una de las primeras marcas en entrar en China continental, en la década de 1980. Hoy en día, contamos con una amplia red de tiendas, a lo largo de cinco continentes, y un escaparate digital que presta servicio a 35 países. Todo lo que hacemos en Bally se expresa desde nuestra conexión con nuestras comunidades y culturas, con una mente abierta.

Letra 25 de 27
«X» de «The Swiss ‘X’ Cross» («La cruz ‘X’ suiza»)
Suiza es mucho más que el país en donde todo comenzó; Suiza ha definido nuestra esencia, actuando continuamente como fuente de inspiración para nuestras colecciones. En 1939, creamos la emblemática banda bicolor Bally Stripe, en homenaje a nuestro carácter suizo. Este sello de la marca reproduce la imagen de los trenes suizos viajando a toda velocidad, en un desenfoque visual de líneas paralelas rojas y blancas, que son también los colores eminentes de la bandera nacional suiza —o la «cruz suiza»—. Conocido internamente como «Trainspotting», este diseño y código de marca atemporal es una parte integral de lo que somos.

Letra 26 de 27
«Y» de «The Year 1851» («El año 1851»)
La historia de Bally comienza en 1851, cuando Carl Franz Bally montó un taller de zapatos en el sótano de su casa, en Schönenwerd. En aquella época, en la que los zapateros de toda Europa solo podían producir pequeñas cantidades de calzado a mano, Carl Franz se convirtió en el pionero de este oficio artesanal. Tres años después, cuando el taller del sótano se quedó pequeño para el volumen de negocio, nuestro fundador construyó una fábrica moderna, equipándola con máquinas vapor y de coser alimentadas por turbina. La mecanización del proceso de fabricación de calzado generó un aumento de la productividad y, para cuando llegó la década de 1870, ya había catapultado a Bally a la posición de líder mundial de la industria del calzado.

Letra 27 de 27
«Z» de «Zeitgeist» («Zeitgeist»)
Bally ha tenido la suerte de colaborar con algunas de las mentes más independientes del mundo. Atletas ganadores de medallas de oro, intrépidos montañistas, brillantes creativos… Todos ellos nos han enseñado la importancia de abrazar esas nuevas alturas que no dejan de evolucionar. Al igual que ellos, hemos aprendido a ver dichos desafíos como oportunidades, en auténtica sintonía con el «zeitgeist», sin renunciar a nuestra propia forma de crear y pensar.